-
Son varias las noches que no duermo. Si tuviese que contarlas con los dedos de la mano, me sería mucho más fácil y decoroso contar los días que si duermo en la semana. La noche de insomnio se vuelve pegajosa como un chicle al sol en verano, como un papel matamoscas, me aplasta la cara contra la almohada y me la refriega para un lado y para el otro. El caldero del fastidio no llega a hervir, es un círculo vicioso de calor, incomodidad, fantasmas añejos y algunos recién salidos del cascarón que me rodean y bailan destartalados a mi alrededor mientras con los ojos aun cerrados espero no estar ahí por mucho tiempo.
Y el reloj que nunca ayuda.
Nunca.
-
lunes, 9 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Me comento por el placer de entrar y ver que me han comentado.
L
pesadillezco, interesante. ¿Probaste con sexo desenfrenado?
Si, no da resultado. Hace poco probé con tapones de siliconas para los oidos y va mejor.
el insomnio es incombatible, muchachos; cuando te toca, te toca. Es una característica más, como ser morocho, alto; o más cercano al tema: ser ansioso.
no podría haberlo descrito mejor, me hace recordar a las noches de verano de calor insoportable cuando no hay posición que favorezca, pareciera que las sábanas quemaran. Me encanto, mis felicitaciones.
Cin
Muchas gracias a todos por sus comentarios. Ayudan a aprender y a querer seguir.
Lea
Publicar un comentario