martes, 28 de julio de 2009

A Mariana

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Ahí te encontré
en el rincón del descreimiento,
al alcance de todas las manos.
Imposible en tu ternura.

Boca fina en candados.
El canto que se repite,
el alma vacía;
degenerada.

Ahí te encontré

Aprendida a olvidar.
Aprehendida
y olvidada.


Y olvidabas.


Tristeza que se esconde
e inunda,
como un océano de noche.

Ahí te encontré.

En el frío de un suspiro
de ausencia.
En el llanto de un bebé,
huérfano de mí.
En un pétalo de cristal,
tu fiereza.

Ahí te encontré.

Ahí.
Me encontré.

- * -

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermoso!! Muero de amor!!!Marian